DANIEL VIGLIETTI
Allí le encontraremos nuevamente con su voz grave , su guitarra austera , con el pie en el banquito y una tremenda solemnidad, imagen tan uruguaya compartida con el célebre Alfredo Zitarrosa, de una época muy particular de cantar y expresar el pensamiento. “A desalambrar, a desalambrar, que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel, de Pedro, María, de Juan y José…”, un verdadero clásico, es la voz de una propuesta de justicia social del que Viglietti fue portador, con su canto testimonial, logrado a través de la poesía, que retrata una realidad latinoamericana de insoslayable crudeza.
Cantautor, guitarrista, concertista, periodista, locutor radial y cinófilo, es uno de los músicos fundamentales de latinoamérica. Daniel Viglietti nació en Montevideo, República Oriental del Uruguay, en el año 1939 y se crió en el Barrio Sayago de la misma ciudad. Viene de una familia de músicos (su madre, Lyda Indart, pianista clásica, y su tío José, pianista, arreglista y director musical). Su padre Cédar Viglietti, por su parte, guitarrista, escritor y estudioso del folklore. Esta combinación de influencias son las bases formativas de su inclinación por la música y la poesía. En el 1958 perfecciona su formación musical con los maestros Atilio Rapat y Abel Carlevaro. Con este último cursó estudios en el Conservatorio Nacional de Música adscrito a la Universidad de la República. Durante años sus actividades musicales se desarrollarán en variados terrenos: teatro, cine, musicalización de los poetas nacionales e hispanoamericanos y la interpretación de sus propias creaciones. Fue también concertista de guitarra clásica en el Servicio Oficial de Radiodifusión Estatal, la institución más importante del país en materia musical. En la década de los 70’s desarrolla una intensa actividad musical por diversas salas de teatro, emisiones radiales y televisivas, presentaciones en universidades, centros culturales y obreros de la capital y de todo el interior del país. La proyección de su trabajo a nivel continental lo convierte en una de las principales figuras del Movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana. Con la agudización de la crisis política que compromete la vida democrática en el Uruguay a partir del 1972 , el artista ve como se achica progresivamente su espacio para la difusión de su obra por la radio y la televisión. En mayo de ese mismo año es detenido junto a otros miles de compatriotas y liberado posteriormente gracias a una campaña nacional e internacional que contó con la solidaridad de figuras como Miguel Angel Asturias, Francois Mitterrand y Jean Paul Sartre. Se ve obligado al exiliarse en el 1973, año donde su obra completa es censurada y prohibida su divulgación en Uruguay por espacio de los próximos once años. Se establece en Paris, Francia en el 1975 desde donde desarrolla una amplia actividad internacional. En el 1984 regresa a su país y es recibido por miles de sus compatriotas. Se establece definitivamente en su Patria y es testigo en el 1985 del retorno a la vida democrática. Más adelante cantará para los presos políticos liberados en el histórico recibimiento que se les ofreciera en la Plaza Libertad de Montevideo. Se reicorpora al mundo musical de su país y se convierte otra vez en figura destacada del Nuevo Canto Popular Uruguayo.
La discografía general de Viglietti la componen 15 producciones discográficas que comprenden el periodo del 1963 al 1993, siendo ESDRUJULO la más reciente. Ha desarrollado múltiples giras artísticas por América Latina, Europa y Estados Unidos y ha participado en más de 30 Festivales Musicales de relieve internacional. Ha creado y dirigido varias emisiones radiales relacionadas a diversos aspectos de la música y se le han realizado múltiples entrevistas radiales, una de ellas por el recientemente fallecido locutor y animador uruguayo, Augusto Bonardo, durante su estadía en Puerto Rico por Radio Aereopuerto Internacional. Se han desarrollado 7 filmes en sobre su vida y su obra musical. Hay dos biografías suyas publicadas, una de ellas, por el escritor uruguayo Mario Benedetti, con quien ha realizado hermoso un espectáculo de música y poesía titulado A DOS VOCES.
En estos tiempos de complejas transformaciones políticas resulta Viglietti un genuíno representante y símbolo de toda una generación que ha tenido que vivir los diferentes espacios que se le han presentado. Nunca ha dejado de ser el vanguardista de siempre, el humanista querido del público latinoamericano cuya personalidad está penetrada de amor, serenidad y ansias de libertad. Es la voz que se alza como bandera por una nueva humanidad, por un hombre nuevo, un canto rebelde que llama a lo mejor de cada hombre y cada mujer para la construcción de una Nueva América liberada. Se trata de la vigencia de las utopías.
En estos tiempos de complejas transformaciones políticas resulta Viglietti un genuíno representante y símbolo de toda una generación que ha tenido que vivir los diferentes espacios que se le han presentado. Nunca ha dejado de ser el vanguardista de siempre, el humanista querido del público latinoamericano cuya personalidad está penetrada de amor, serenidad y ansias de libertad. Es la voz que se alza como bandera por una nueva humanidad, por un hombre nuevo, un canto rebelde que llama a lo mejor de cada hombre y cada mujer para la construcción de una Nueva América liberada. Se trata de la vigencia de las utopías.