LA MARAVILLOSA RUMBA DE LOS MUÑEQUITOS
Publicado en Claridad el 19 de agosto, 1995
Rica expresión con sabrosa mezcla de razas y culturas, el repertorio musical cubano lo integra un amplio espectro de ritmos y sonidos tan abarcadores y diversos como los habitantes que en esa Isla viven. Al son y a la rumba se les considera los dos principales géneros musicales de Cuba y los de mayor proyección internacional. La rumba, oriunda de los barrios portuarios obreros de La Habana y Matanzas, al oeste de la Isla, representa una de las tradiciones más arraigadas de la cultura africana en el Caribe. Matanzas, ciudad portuaria, fue escenario donde descendientes de esclavos negros provenientes de Yoruba, Calabar y el Congo mantuvieron por años, con rigurosa pureza y orgullo, su lenguaje, su religión y su música. Hoy día Matanzas es sinónimo de cultura, tradición y de la maravillosa rumba de LOS MUÑEQUITOS DE MATANZAS.
Primerísima escuela de rumberos cubanos, el conjunto nace a la vida artística en octubre del 1952. Fundado por grandes maestros de la rumba, trabajadores portuarios, entre los que se destacaron Florencio Calle, Angel Pelladito, Juan Mesa, Esteban Lantri (Saldiguera) y Virulilla, se le conoció en sus inicios con el nombre de GUAGUANCO MATANCERO. En poco tiempo lograron grabar un acetato alcanzando el reconocimiento del público con sus éxitos “El Chisme de la Cuchara”, “Los Beodos” y “Los Muñequitos”, tema que exaltaba personajes de las tirillas cómicas de los periódicos de la época y que de alguna manera se identificaban con personajes populares y situaciones de la vida cubana. Fue tanta la popularidad de este tema musical que decidieron cambiar el nombre del conjunto por el de LOS MUÑEQUITOS DE MATANZAS.
La rumba ha sido y es la expresión popular de los sectores más humildes de la sociedad cubana. Los rumberos, a través del canto, el baile y la música, manifiestan sus sentires, angustias y pesares por su situación de vida, al igual que sus amores y alegrías en un sublime y mágico ritual que les distrae de las diarias faenas a la vez que les alimenta el espíritu. Son hombres y mujeres del barrio que desde niños se crían escuchando la “clave” palmeada, el “belebelé” del canto, el contagioso ritmo percusivo de tumbadoras y cajones, el repiquetear de la “guagua” que marca y guía la rumba, los solistas que se alternan y el coro acompañante que provoca, en combinación, un arrebato tal que se hace imposible no soltar unos pasillos para intentar un “vacunao” frente al ruedo.
La rumba no es un género religioso y aunque a veces se cante inspirado en los orishas (las deidades de la religión afro-cubana), se le considera un género puramente secular. Son diversas las variantes de la rumba entre las que predominan el yambú, la columbia y el guaguancó. El YAMBU es el más antiguo de los bailes de rumba, conocido también como “la rumba de los viejos”. Tiene un ritmo lento y cadencioso donde el hombre corteja a la mujer con movimientos, ambos dos, llenos de sensualidad y erotismo. En su ejecución se utilizan los cajones, en búsqueda del sonido de percusión más genuino. El COLUMBIA se baila solamente por el hombre y lleva un paso más agitado, rápido y competitivo . El bailador puede llevar consigo, afilados cuchillos y machetes que pasa entre los dedos de sus manos y otras partes del cuerpo. También puede aparecer balanceando un vaso en su cabeza en un aire de reto y competencia. El GUAGUANCO resulta ser el más popular de las tres variantes de rumba. Es un baile de pareja donde el hombre intenta poseer a la mujer a través de un lenguaje gestual con movimientos de cuerpo, cabeza, brazos, manos y pies que pretenden inferir una posesión sexual que la mujer esquiva al cubrirse la pelvis. Esta se detiene por breves segundos para volverse a esquivar y así darle continuidad a un juego bailable matizado de erotismo. Al movimiento del hombre que indica penetración se le conoce como “vacunao”.
Son LOS MUÑEQUITOS DE MATANZAS los que dan un nuevo giro a la difusión de la rumba en Cuba que hasta los años 50’s se interpretaba de manera privada, familiar, espontánea e informal. Se funda entonces el grupo que habrá de interpretar la rumba en su manera urbana, cultivando un estilo muy propio de la región matancera, diferente en ciertos aspectos a la manera habanera, que es la otra zona de origen rumbero. Con el correr del tiempo la agrupación incorpora el baile y la participación de la mujer en el canto. Uno de sus miembros originales y fundador del grupo que aún se mantiene activo lo es Gregorio Díaz quien señala que el grupo ha mantenido un estilo de tradición pura, más o menos inalterado, a través de los años. “No somos un grupo teatral de espectáculos. Somos una unidad cerrada, con estrechas relaciones familiares -padres, hijos, primos, ect. -y solo reclutamos a los mejores rumberos. Nuestro distintivo es la armonía en el canto, un estilo que hemos popularizado en la rumba, y también nuestra percusión, donde combinamos la conga con los cajones tradicionales.
En el 1989 LOS MUÑEQUITOS salen por vez primera fuera de Cuba en gira internacional. Esto sucedió con la estrada al grupo de un nuevo integrante y futuro director artístico, Armando Valladares, quien planteó la necesidad de entrar al mundo del espectáculo y así poder presentar la rumba original en sus tres variantes, con algo adicional que la hiciera atractiva. De esta manera nació un espectáculo de música y teatro dividido en dos partes: PATAKIN, una combinación de elementos musicales, rituales y teatrales inspirada en los ritmos y ritos de las religiones abacuá y yoruba, y una segunda parte de rumbas tradicionales y creaciones originales por los integrantes del grupo. En PATAKIN se recrean los cuentos mitológicos de los dioses a través del canto y el baile. Por ejemplo bailarines interpretando los dioses Oshún (la afrodita yoruba) y Ogún (el dueño del monte y el hierro), Changó (amante de Oshún) y Oshanlá (uno de los caminos de Obatalá) en una historia de amor que concluye en duelo y en castigo divino. También la historia de Ochosí, cazador de venados que confunde a su madre dándole muerte.
Este es el espectáculo que estarán presentando en lo que será su primera visita a Puerto Rico. Para esta ocasión regalarán al público, además de su maravilloso arte de rumba, baile y teatro, un montaje de bombas y plenas puertorriqueñas, que seguramente alimentará la complicidad de un público que habrá de disfrutar en grande una inolvidable velada.
LOS MUÑEQUITOS DE MATANZAS se presentarán en Puerto Rico el próximo viernes 25 y sábado 26 de agosto en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras a partir de las 7:30 de la noche.